Bogotano, yo?

Lucio, postpucio, me indigna la verdad frecuentemente; busco el momento adecuado en el que sonar tan real como sucio.

Hoy ha sido un día increíble en las entrañas diversas y convulsas de Bogotá, capital de capitales, lugar de encuentro de un millón de realidades, enfrentadas en sumisión; de la mano por tradición, consecutivas por obligación.

No hay más límite que el impuesto por nuestro yo, limitado por naturaleza, entre paredes invisibles, transparentes pero visibles, intrincadas e insostenibles, intemporales aunque en evolución constante

Un abrazo Gordo desde el Jardín de los Presentes