13 diciembre, 2011

Del blog de Suzanne Powell

Empecé a trabajar en un colegio en Barcelona...... y ahí estuve 9 años dando clases y recibiendo clases; y recibiendo clases, ¿de quién?, ¿de quiénes? De todos mis pequeños maestros: los niños. Y a ellos siempre, a pesar de que eran clases de inglés, yo siempre les enseñaba lo que yo sentía. Yo siempre les decía: no escuchéis a vuestros padres, pero que no me oiga el director. Tenéis que buscar cada uno de vosotros vuestro don personal, que cada uno nace con un don en especial. Algo que tú sabes hacer mejor que nadie más en este planeta. Lo tienes que descubrir,
tienes que tragar mucha porquería en muchas asignaturas que ni siquiera te interesan, pero dentro de ese tiempo tenéis que estar atentos a sentir qué es aquello que te mueve el corazón, el alma, qué es aquello que dices: “ah esto”; o quién te inspira, porque a veces a través de la inspiración de otra persona tú quieres seguir por ese camino. ¿Cuántas veces habéis pensado: “ah, a mí me encantaba la profesora de historia, pues yo quiero ser profesora de historia también”, ¿sí o no? O “cuánto odio al profesor de matemáticas”, y odias la asignatura. Es la influencia que ejerce sobre tu mente. Pues un niño en particular... Recuerdo en inglés, me gustaba hacer cosas diferentes y un niño era el tímido de clase y pensé: a este niño le voy a dar un papel importante en una obra de teatro, y le di el papel de un rey. Era un tipo de comedia. Y en esa obra de teatro, Oriol salió de su caparazón, y encina le puse con su amiga del alma como la reina y de repente se transformó. Y fue la sorpresa para todo el colegio. Al final, cuando yo me marche del colegio después de 9 años, todos los niños del ultimo curso me hicieron un librito con sus dedicatorias y entre ellos ponían su mensaje para mi; y entonces, entre ellos, todos esos mensajes, Oriol había puesto que muchas gracias por hacerle encontrar su don, que gracias a esa experiencia se quería dedicar al teatro. Hoy en día, Oriol Vilá, ya es un actor de peso, de importancia, aquí en España. Todavía joven, muy guapo, ya está haciendo series en la tele, pero ya está haciendo películas, ese chico timidillo. Entonces, siempre digo: “hay que escuchar a los niños”.

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